Perdiendo el tiempo en el barrio
El día pasado estuve comiendo una pizza al taglio en una pequeña pizzería del barrio, regentada por un simpático italiano. No es la primera vez que iba y esta vez disfrutamos ambos de una interesante charla sobre la situación política italiana, las diferencias entre Trump y Berlusconi y yo de paso, de una pizza excepcional.
Esta pequeña historia me ha hecho reflexionar sobre todo lo que estamos perdiendo al abrazar sin pensar las grandes cadenas, las grandes ofertas y las grandes marcas que inundan cada vez más con su pegajosa publicidad nuestros barrios. Estamos perdiendo sabiduría, tiempo para conversar, conocer otras personas, el barrio, la realidad que nos rodea e incluso clases de poesía e historia mientras te cortan el pelo¹! Estamos perdiendo la paciencia por vivir, el sentirse a gusto dónde vives, los placeres de inesperadas pláticas, los pequeños grandes desencuentros, las bromas y detalles de personas que conocen tus gustos, la cercanía de una sonrisa o un saludo. Y lo estamos perdiendo para vagabundear por no-lugares, grandes templos del consumismo dónde no conocemos a nadie, a los que tenemos que ir en coche, sin interactuar ni charlar con nadie …. pero claro allí todo es más “cómodo”, “eficiente” y “barato”.</span></span></span></span>
Yo por mi parte, voy a seguir perdiendo el tiempo en el barrio.
¹ Paco cerró… y ahora en su lugar hay una franquicia de productos cosméticos
“Auzoan batzuk ikustezin” Arraibegik eskainietako argazkia.