Hoy he ido dónde Paco, peluquero de la sierra de Cádiz, la peribética, la segunda más importante de la península, como a él mismo le gusta remarcar.

Paco no se ha dejado llevar por la moda de los estilistas y la peluquería está igual que hace veinte años. Un gran espejo, unas butacas con periódicos para leer, alguna foto de Paco de joven con su cuadrilla, aparatos para esterilizar las tijeras, y una combinación parca de tijeras y maquinillas en el mostrador. La peluquería, como no podía se de otra manera se llama “Peluquería Paco”

Hacía bastante tiempo que no coincidía con Paco, ya que suelo aprovechar las vacaciones para hacer cierto turismo de peluquería, probando nuevos lugares y personas. Hay personas que van a la peluquería sabiendo cómo tienen que cortarles el pelo, cómo quedará el pelo al terminar y a cuántos milímetros de la ceja/oreja/patilla quedará cada pelo. Como nunca nadie es capaz de hacerlo, normalmente sales de la peluquería de mal humor.

Yo hace tiempo descubrí una técnica infalible para evitar esto. Simplemente entro y digo: “Córteme el pelo”, después sólo hay que responder afirmativamente a las sugerencias que nos dan y esperar al final del trabajo, disfrutando de una agradable charla, a poder ser. Siempre sales con un peinado diferente y lo más importante, con menos pelo.

Hoy Paco y yo estábamos hablando de los pueblos, de la gente con aires de grandeza, la vida en la sierra de Cádiz, su pueblo, cómo se vivía y trabajaba… y nos hemos ido desviando hacia terrenos literarios con los Santos Inocentes, las injusticias, los pobres los ricos, los señoritos… De pronto, Paco se ha puesto serio y ha recitado:

Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos
decidme en el alma quién,
quién levantó los olivos
No los levantó la nada
ni el dinero ni el señor,
sino la tierra callada,
el trabajo y el sudor”

Tras un momento de silencio y ciertas miradas cómplices y cruzadas a través del espejo de la peluquería, ha seguido:

Los poetas siempre llevan razón, hay algunos a los que no les gusta pero siempre llevan razón. A este lo mataron porque decía la verdad, y … ¿ahora? ¿No está pasando lo mismo? ¿No somos los trabajadores los que tras años de trabajo hemos levantado el estado de bienestar? ¿A quién pertenece más que a nosotros?

Tienes toda la razón Paco, pero parece que a veces se nos olvida. Menos mal que todavía hay peluqueros-poetas que nos recuerden estas cosas. Paco Ibañez; aceituneros de Jaén

Foto de las tijeras: “De todos los Colores”<