Esta semana he estado en la Universidad de Verano Europea para Movimientos Sociales, organizada por ATTAC. Nos hemos juntado más de 1.500 personas durante cinco calurosos días en Toulouse, dónde se han tratado temas de mucho interés: justicia social, transiciones energéticas, la nueva política europea tras el Brexit, las tasas financieras, ecofeminismo, paraísos fiscales el fin de la mundialización e incluso sobre “Tácticas para el cambio social y ecológico”.

ESU 2017

También ha habido tiempo para talleres más prácticos sobre la reapropiación artística del espacio público, actualmente ocupada por la publicidad; o incluso para la presentación del documental Irrintzina del colectivo Alternatiba, dónde se muestra el camino en bici que realizaron activistas desde Baiona a París, para la COP21.

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Han sido unos días intensos, y he conocido propuestas y alternativas de todo tipo al modelo establecido. Pero… hay algo que no comprendo todavía. La presencia de las redes sociales libres y el software libre ha sido nula. No he visto en ningún lugar información o charlas sobre esto. He visto muchos logos de twitter y facebook en las docenas de asociaciones y movimientos que estaban presentes, he visto muchos ordenadores, la mayoría con sistemas operativos privativos.

[caption id=”attachment_2095” align=”aligncenter” width=”420”]attac Plenario ESU 2017. Foto de Attac[/caption]

Y me extraña, me extraña mucho. Porque los discursos que se han planteado marcaban algún tipo de cambio social, revolución o alternativa, pero ninguno se plantea que es necesario un software libre para una sociedad libre. Y es triste. Es triste porque creo que desde el movimiento del software libre no hemos conseguido llegar a todas esas personas que están luchando por mundo mejor. Es triste porque miles de organizaciones siguen usando redes que censuran y manipulan como Facebook y Twitter para comunicarse.

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Y me sorprende, porque había mentes muy lúcidas como la de Susan George, activistas de resistencias de todo el planeta, jóvenes estudiantes y canosas cabelleras académicas. Todas ellas pensando en sistemas alternativos al capitalismo depredador actual. Y a nadie parece importarle que las herramientas que muchos usamos a diario sean de propiedad de los mismos contra los que luchamos.

Seguro que a todas las personas que nos juntamos en Toulouse estos días nos extrañaría ver un puesto de comida que ofreciese Coca Cola o una cerveza que no fuese artesana. O un stand con propaganda de Monsanto, Exxon o la CIA. ¡En seguida se organizaría alguna acción para cerrarlos! En cambio, ver el logo de windows o iOS en las pantallas de los seminarios, o compartir la información a través de Facebook o Twitter, no le parece raro a nadie. Y estoy seguro que la conexión entre estas grandes empresas es muy fácil de demostrar.

Por qué se utilizan está claro: comodidad y la gran cantidad de público al que nos permiten llegar. Bajo esta premisa engañosa dejamos de lado otras más importantes, como la privacidad y la libertad.

¿Cómo darle la vuelta?

Pues, no lo tengo claro…. lo que si que creo que es que tenemos un gran trabajo de pedagogía por delante!!

El lema de la Universidad de Verano lo dejaba claro:

Debatamos, resistamos y actuemos, es el momento!