Me vais a perdonar el pesimismo que emana del post, pero creo que ha sido uno de los fracasos más rotundos de los últimos años en materia ambiental. Puede que relacionar las expectativas de esta cumbre con la “original” fuesen excesivas, pero el resultado ha dejado mucho que desear.

Se ha tomado desde el primer momento el (mal)ejemplo de las habituales cumbres de cambio climático, con sus pre-reuniones, drafts, borradores, etc. con el único objetivo de llegar al último día de la cumbre (o bueno desde el primero) en Río con un acuerdo tomado.
Es preferible que salga un texto criticable a que no haya ninguno” era el lema principal de las potencias reunidas. 

Con sólo echarle un vistazo a la declaración final es suficiente para ver en qué ha consistido la cumbre. Frases como la siguiente retratan el giro y la dirección que va a seguir los próximos años la política ambiental internacional:

Reafirmamos también que es necesario lograr el desarrollo sostenible promoviendo un crecimiento sostenido, inclusivo y equitativo, creando mayores oportunidades para todos, reduciendo las desigualdades, mejorando los niveles de vida básicos, fomentando el desarrollo social equitativo y la inclusión, y promoviendo una ordenación integrada y sostenible de los recursos naturales y los ecosistemas que preste apoyo, entre otras cosas, al desarrollo económico, social y humano, y facilite al mismo tiempo la conservación, la regeneración, el restablecimiento y la resiliencia de los ecosistemas frente a los problemas nuevos y emergentes. 

Con este tipo de declaraciones se ha desvirtuado el foro, y se ha visto de forma clara que el desarrollo económico y el crecimiento son los pilares de este sistema. No es que esperásemos una declaración con otras intenciones, pero tras Río +20 se ha perdido el pequeño contrapeso que suponía el “desarrollo sostenible” frente a las políticas económicas vigentes; y ha pasado a ser definitivamente un mero “apoyo” a los objetivos del desarrollo económico. Triste....

Las organizaciones sociales que han intentado incidir en la cumbre a través de los canales oficiales (el portal río+20 ) tampoco han podido hacerlo, con lo que este tipo de participación queda en entredicho para las siguientes cumbres.

Realmente no se han tomado medidas de gran calado tras la cumbre, pero si queréis consultar cuáles han sido las principales, podéis consultar el excelente artículo de Carlos Corominas al respecto.
Incluso Ban-Ki Moon, aunque oficialmente haya mostrado definido la cumbre como un éxito, ha manifestado que esperaba acuerdos más ambiciosos.

También hay que destacar que la cobertura de los medios y el impacto en la opinión pública de Río ha sido mínimo en el estado; apenas ha disfrutado de tiempo en unos medios absorbidos por la Eurocopa, exceptuando la aparición de Rajoy como presidente de las Islas Salomón.

Para mí, lo mejor de la cumbre oficial fue la intervención del presidente Uruguayo, José Múgica:

[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=3cQgONgTupo]

Cúpula dos povos:

La cúpula dos povos demostró que puede responder y está organizada, controla las posibilidades que ofrece internet, y ha publicado una declaración final comprometida y mucho más interesante que la oficial. Ha sido lo mejor que ha podido ofrecer Río+20 y augura un buen camino para los movimientos sociales en el futuro. Le falta la proyección que brindan los mass media, y es algo en lo que habría que enfocarse para próximas cumbres. También causa cierta preocupación la posibilidad de “oficialización” de este tipo de contracumbres, es necesario mantener un discurso independiente y crítico con el oficial si no, se corre el riesgo de que las propuestas sean fagocitadas y utilizadas por los grupos de poder, tal y como ha ocurrido con el discurso del “desarrollo sostenible”.

Cupula dos povos

+Info:

Foto de UNISDR Photo Gallery
Foto de Ban Ki Moon de unaoc